El tiempo pasa. Yo no puedo verlo pasar. Es como una condena de nervios y rabieta mental. El solar de la palabra nos pide que escuchemos al otro y no juzguemos lo que dice. Me da la sensación de que en España todo es un tremendo lío que no entienden ni los que lo han hecho. Por la ficción van los párrafos llenos de verdad literaria. Por los mares de la aventura surgen grandes poemas, grandes alusiones a la vida. Leo el periódico: jueces, políticos, en una maraña imposible. El mundo habitual se ha roto, se ha vuelto un embrollo, una quimera, una cucaña difícil de trepar. Diremos que sí a tanta barbarie patria, nos sentaremos en el sofá y veremos el tiempo pasar.
Debajo del sol de justicia van andando los harapos del miedo.
Inclínese la balanza hacia la sencillez.
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