lunes, 31 de julio de 2023

 Voy a poner dos títulos de los llamados dramas de honor. Uno es de Lope y otro de Calderón, creo: "El médico de su honra" y otro es: "A secreto agravio, secreta venganza". Está claro que hace 500 años las cosas del querer se solucionaban en el círculo privado de cada casa. Ahora se difunden públicamente pero sin poder saber el motivo que ha causado la muerte de la mujer. A lo mejor el hombre había sido agraviado u otro era médico de su honra. Eso no lo difunden las noticias. Se dice: era su pareja, su novio. O: era un guardia civil. Nada más. Del agravio no dicen nada. Ni de la honra. Esas cosas se han olvidado, pero los agraviados, los deshonrados no las olvidan. No defiendo la violencia de género, pero siempre que hay un crimen, se debería decir la motivación del mismo. No para justificar esa violencia sino para que el público sepa qué situaciones conducen a la muerte de una mujer o un hombre (también las mujeres pueden matar si son agraviadas). Los dramas de esos dos autores que cito arriba servían para enseñar al público. Ahora las noticias solo dicen: han matado a una mujer y esconden todo lo demás. ¿No es un poco arbitraria toda esa ocultación? ¿Todos los hombres que matan matan porque son malos y ya está? Hay un motivo. Que lo digan. Decirlo es aleccionador. Callarlo es contar una media verdad.

Las manos, entre las cuerdas de nobles instrumentos

inducen a pensar en que el cielo también suena.

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