lunes, 24 de julio de 2023

Era una barbaridad lo que fumaba yo así que ahora intento fumar de hora en hora. Me entretengo por la ciudad hasta que pase esa hora. Saludo al de la Once, saludo a los del Sanuz y a algún otro que me encuentro por la calle (todos ellos no son intelectuales ni por la gracia de Dios). Lo bonito de la ciudad es que a menudo ves a alguien conocido con el que trabar, como mínimo, un saludo. He cogido de la biblioteca dos ejemplares de la "Revista de Occidente" en forma de libros. Los voy a leer en cuanto me concentre un poco. La mañana ya va tiesa como una zanahoria, como una cucaña, como un cohete. La vida pasa sin querer, la gloria muere con el glorioso, el tiempo huye como perseguido de furias, el ocaso tiñe de naranja el cielo cuando llega.

Las piedras vivas hablan de un recuerdo reciente

para que acojan la fe de la carne trémula.


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