viernes, 8 de agosto de 2025

 Los ríos lloran una inmensidad por la tierra. Las montañas siguen ahí después de tantos inventos, tantos tratados de paz, tantas guerras. Los árboles se quedan quietecitos y buenos tras la batalla. Y yo me quejo, me quejo con ideas, no con artimañas. Quiero ver una idea, un pensamiento, quiero que la gente se dé cuenta de qué está hecha mi historia: de padres abnegados, de otros familiares, de enfermedad, de hospitales, de esquizofrenia. Y, poco a poco nos vamos asentando, o eso parece, como los árboles que se están quietos, como las lágrimas portentosas de los ríos, como las montañas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario