Hoy tengo que hacer empanadillas. Se ponen las obleas en la encimera. Se cocina tomate con atún y se van rellenando las obleas, que han de doblarse sobre sí mismas. Luego, se fríen. Espero que me salga bien. Pero es un rollo. Mis escritos podrían valer para algo si los revisara porque tienen muchos fallos. Tenía un amigo, que ya me abandonó, que era filólogo como yo. Fuimos juntos a la universidad. Y tuvo a bien revisarme la novela "La moneda de la soledad". Al final, dijo que era 100% publicable, pero no la publiqué. Mi amigo tenía un editor. Yo no tengo editor. Ni agente literario. Solo tengo mis escritos pelados.
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