miércoles, 20 de agosto de 2025

 Los días en la universidad eran bonitos. Veías compañeros que tenían el mismo objetivo que tú. Nos reíamos de los profesores, los imitábamos, hacíamos burla de ellos. Algunos inventaban canciones sobre la filología, unas canciones divertidas. En clase no nos dejaban hablar, los profesores no preguntaban nada. Un día, sin embargo, me preguntó uno que qué era una gavilla. Yo se lo dije. Y ahí acabó todo mi protagonismo en el aula. Íbamos en autobuses incómodos a la facultad, muy de mañana, las clases empezaban a las ocho. Hubo un año en que me dormía a primera hora, estaba yo mal. Tuve que repetir cuarto curso. Perdí todos mis amigos. Luego hice otra pandilla. Jugamos un día al fútbol. Y nos comimos un jamón.

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