miércoles, 20 de agosto de 2025

 El que se traga un hueso, responde de su pescuezo. Este verano no he tragado hueso alguno. No he hecho nada arriesgado, no he tomado decisiones clave, no he tenido que poner en el tablero mi vida ni mi prestigio. Así le habrá pasado a mucha gente, creo. El verano trae una laxitud grande en cuerpo y espíritu. El verano trae holganza y largas tardes para ver el ocaso desde un hotel o desde una casa rural. La gente se une al verano para estirar bien el cuerpo, para mantener una calma infinita ante la mañana que empieza y trae una tarde para seguir gozando del dolce far niente. Los veranos son largos pero también se hacen cortos porque lo bueno dura poco. La gente tiene que volver a sus trabajos, al otoño, a la caída de la hoja.

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