sábado, 10 de junio de 2023

 Llevamos unos días de junio atmosféricamente hablando muy raros: llueve, luego hace calor, caen chaparrones de improviso, etc. Algunos ya han empezado sus vacaciones, la gente ya tiene reservado hoteles para irse de vacaciones. La gente está como expectante y nerviosa o intranquila, quizás. No lo sé muy bien. Añádase a eso la cita con el voto que tenemos los españoles el 23J, todo se pone un poco raro. Yo me siento un poco raro también. Yo no me voy de vacaciones, todo se ha ido un poco al traste por la enfermedad de mi hermano. Estamos como intranquilos y yo no creo mucho en la política, pero aquellos que sí creen también se agitan como un cocktail nocturno que no sabemos cómo nos va a sentar. Bueno. Yo le doy a la política un valor relativo: ni con la izquierda se hace todo bien, como pretenden, ni la derecha es el coco que se come a los niños. Ya lo dijo Aristóteles: en el justo medio está la virtud. No comerse el coco por una gente que cobra alrededor de 80.000 pavos por ser ministro o diputado y que luego pasan del ciudadano a la menor ocasión.

La seguí, con recelo, más débil que el deseo.

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