lunes, 26 de junio de 2023

Al empezar junio me daban miedo los fines de semana porque no tenía planes con que llenar las horas. Ese horror vacui temporal me llenaba de angustia y desesperación. Los fines de semana me arrojaban a la soledad junto a mi hermano. Recuerdo muy bien un domingo en que me fui a Madrid a las 4 de la tarde para subir desde Moncloa a la glorieta de Quevedo y allí matar el tiempo como pude. Así me dejan frío los fines de semana, en la frialdad del solitario pues no sé qué hacer con mi vida esos dos días. Hay gente que pasa esos días durmiendo pues ha madrugado mucho para ir al trabajo. Yo no sé qué hacer con la tiendas cerradas, las calles vacías de gente, etc. Estos días de fin de semana anteriores sí he sabido qué hacer y ya no me pongo tan nervioso.

Acaso una voz, una mano ya suelta

me condujo al desfile de mi desesperanza.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario