jueves, 16 de enero de 2014

Qué bonito sería estar en mi pueblo y charlar con algún vecino de casi nada pues nada habría que contar que no fuera intranscendente. Pronto voy a ir un fin de semana allí a oír conversaciones tranquilas. Aquí, en la ciudad, mis compañeros son los libros prácticamente. He cogido uno de la biblioteca que está interesante y es de los años 90 pero habla de los años de transición y de comisarios y juzgados.
El sol no se atreve con las nubes. Los pájaros insisten con sus trinos en que están vivos y coleando. Yo tengo que hacer la comida para lo cual, tengo que hacer la compra, para lo cual tengo que salir de casa que no me apetece nada.
Había una canción que decía: "todo está en los libros". Si no está todo, algo sí que está. Los seres humanos deseamos siempre que nos cuenten historias; si no es la vecina la que nos las cuenta, bien puede ser un libro. La menor historia llama nuestra atención, así como el nacimiento de una amistad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario