sábado, 4 de enero de 2014

No me gusta la pereza pero en mi situación, la pereza está presente porque no me marco objetivos diarios. Leo menos, escribo poco y me da rabia. Las tareas de la casa, especialmente hacer la comida, me tienen atento a las obligaciones y no tengo más remedio que ir a a la compra, cocinar, etc pero las tareas intelectuales no me motivan lo suficiente.
Es duro leer y escribir cuando es uno mismo el que se lo impone y no tiene estímulos suficientes ya que nadie de mi alrededor tiene afición a la lectura o escritura.
Desde que dejé de ser profesor ya hay muchas cosas que he olvidado pero no me quiero convertir en un abandonado de las letras porque me gustan.
Tendría que leer más, escribir más pero es difícil porque es como si estuviera en una isla yo solo.
Procuraré no perder el ritmo de lecturas y escribir más.

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