martes, 14 de enero de 2014

El ceño gris que ha mostrado todo el día el cielo me ha terminado cabreando. ¿Por qué no ha llovido de una vez y se han mojado las calles y se han refrescado las almas y las conciencias? ¿Por qué ha estado jugando el cielo con nosotros, por qué ha amagado una lluvia que no ha caído? Vaya mierda de cielo prometedor y mentiroso.
Hoy el cielo ha amagado y no ha dado nada.
Hoy me he levantado con la sensación de que mis más mínimas expectativas vitales no se van a cumplir por más esfuerzos que yo haga. Luego he desayunado y me he vestido y esa maldita sensación de aniquilamiento de mi voluntad ha ido desapareciendo pero el maldito cubrimiento de nubes grises que ha habido hoy sin desaguar me ha mantenido en un estado como de expectación inútil de mis quereres existenciales y mis últimos deseos para con esta vida que llevo. Si hubiera llovido todo se hubiera desvanecido en el agua bendita que da Dios y mis anhelos más sutiles pero incumplidos se habrían disuelto en el líquido elemento que moja todo el cuerpo y todo el alma y todo el ser hasta dejarlo como el algodón por dentro. Viva la Virgen de la Cueva.

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