sábado, 4 de enero de 2014

He llegado a la conclusión que pensar en mi familia me trae problemas y voy a dejar de pensar y de hablar de mi familia.
Simplemente, mi hermano gemelo y yo estamos como entre dos generaciones: mis hermanos mayores, a los que interesamos cada vez menos, y mis sobrinos, a los cuales hemos dejado de interesarles hace ya mucho tiempo. Estamos en medio de la nada. Los únicos que nos dan un cariño verdadero son mis padres a los que vemos casi todos los días.
Por lo tanto, va a dejar de importarme lo que hagan mis sobrinos y lo que hagan mis hermanos mayores pues la actitud de ambos es cada vez de más indiferencia hacia nuestros problemas cuando no es para decir alguna gilipollez. Hay distancia entre unos y otros y mi hermano gemelo y yo. Bastante distancia. Que hagan lo que quieran y yo haré también lo que me convenga sin dejar que haya injerencias ni preocupaciones por mi  parte en sus vidas.

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