En España va todo como a modo de cachondeo. Desde los ministros que sueltan cualquier chorrada, a los médicos, enfermeras, profesores y jueces. Menuda profesionalidad en estos cargos del Estado. Como te salga un médico malo, te suelta que te tires cuatro pedos y se acabó. Y el paciente muere del estómago y no pasa nada (caso real). Pero una torpeza cualquiera puede tenerla. Yo, hoy, voy a poner una reclamación porque a un paciente no se le trata así, jugando con su cita que si la quito que si la pongo. Ya digo, una torpeza puede tenerla cualquiera pero hacer el burro constantemente en tu cargo eso ya no se perdona. Y si te dan una explicación vale. Si no, no vale. Y pones la reclamación para que no vuelva a suceder, claro.
Las explicaciones no son excusas.
Las explicaciones tienen que convencer.