lunes, 7 de agosto de 2023

Me preocupa el estado de ignorancia de la gente. Generalmente, los jóvenes deberían saber más cosas que los ancianos pues la educación de los jóvenes es reglada, esto es, ajustada a unos programas y unos libros homologados y unos profesores que les ayudan en su formación. Pero no veo tal cosa sino que los jóvenes tienen también la cara gárrula de los mayores. Pocos que tengan 80 años han ido a la escuela. Ahora que hay oportunidad de estar estudiando hasta los 18, tampoco aprovechan la ocasión para formarse. A los pocos jóvenes que me he dirigido dicen que el estudio de la lengua y la literatura es muy desagradable, que no les gusta. No estudian los jóvenes más que carreras de economía, de derecho, de psicología. ¿Dónde quedan las humanidades que yo estudié que te componen un mapa del mundo desde la historia del mismo hasta la comprensión del mundo actual? Veo a los jóvenes (y no es un tópico) ocupados en llevar bolsas bien llenas de licores, los veo vistiendo las camisetas de sus héroes deportivos, a ellas las veo muy descocadas y tontilocas, sin preservar ni un poco de dignidad en sus prendas que parecen colgajos. En fin. Veo que no hay avances en la educación pues si los hubiera, estos jóvenes no darían el sórdido espectáculo que dan. En Majadahonda hay urbanizaciones impresionantes de las que salen chicos y chicas bien formados, de las opciones académicas que sean, pero no dan ese espectáculo feo al lado del Dia todos los fines de semana. Será una cuestión económica o de estética pero los chavales que se emborrachan por las calles quizás sean de una extracción social más baja que estos que viven la armonía económica y familiar de una lujosa urbanización. Me preocupa la ignorancia de la gente porque ya no sabe quién fue Séneca ni Cicerón. Ya no sabe qué obra escribió Góngora. Pero esos chavales ricos de las urbanizaciones ricas sí creo que cuentan con una buena biblioteca en casa, virtual o física y pueden leer. En otras casas más modestas siempre habrá fútbol y no los clásicos. Es el sino del los tiempos: todos quieren ser como Ronaldo menos los chavales ricos que sí se saben granjear un futuro halagüeño porque han sido asesorados por sus padres. La cultura siempre ha ido unida a la riqueza a no ser algunos casos excepcionales de chicos que han sabido ver que la verdad los hará libres y la estupidez hará esclavos a los demás. Que la riqueza va unida a la cultura no me cabe duda. En Majadahonda, los padres de profesiones liberales boyantes crían hijos útiles a sí mismos y quizás a la sociedad. En otros ambientes hay eso: emulación de los ricos e ignorancia. Los hijos igualan a los padres en pobreza interpretativa del mundo.

Leyó el libro. No entendía. Era un analfabeto del siglo XXI.

Eso es lo que hay.

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