martes, 15 de agosto de 2023

Hoy en día la gente, los que pululan por ciudades y pueblos no van en pos de la delicada felicidad sino del vasto divertimento. Hay que juntarse para hablar, para reírse de los demás y para comparar los precios de las bragas o de los calzoncillos. Cuando se busca esparcimiento todo vale, vale el anular al amigo de al lado, simplemente porque así no me aburro. Vale hacer chanzas de los cojos, los ciegos y los "tontos", es superfragilístico y espialidoso dar consejos que para mí no vendo, hablar de ropa, de este y de aquél, de cómo está la vivienda, de política sin entender ni informarse, de las fake news, de grandes mentiras y encumbradas falsedades... Todo el que se divierte con los demás ha de encajarse el disfraz del gran mentiroso para mostrar un antifaz plausible ante la borreguería reinante. Me imagino a todos estos chatorrantes de palabra fácil siendo los protagonistas de la gran obra de Dante : allí se les castigará con candados en la boca, se les pinchará con pequeñas lanzas en el culete para que cesen de su posición sedentaria de parlamentarios y los diablillos les escupirán en la cara para acordarse del continuo mofarse en el mundo de los vivos mortecinos que van quedando.

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