¿Dónde están los laureles? ¿Dónde se esconde la fama? Los abalorios no tenían fin. La soledad también parecía infinita, muy larga, muy extensa en el tiempo. Dos rosas, una blanca y una roja, pugnaban a ver cuál era la más bella. 24 libras de piel y huesos. Yo amaba a la más flaca, a la que decía que el mundo la iba a meter en cintura. El pueblo dijo que no le gustaba la actuación del jefe. Que ya estaba bien. Dormir no es la solución para nada en este mundo cruel. Leí el periódico pero no me gustaron las noticias. Olé tus vivos, Olé la vida. Olé la soledad que siento.
Mira cómo caza la perrita.
Bien. Bien.
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