Hace unos días escuché una entrevista a Pedro Cavadas. Es un hombre portentoso, muy generoso ha sido en tierras africanas y por todo el mundo. Ha ofrecido su habilidad como cirujano en muchos sitios. Para mí, es como un santo moderno que ha llevado la felicidad a mucha gente. Los médicos tienen un aura de demiurgos, de hacedores de milagros algunas veces. Los médicos traen mucha esperanza con sus conocimientos, con su saber hacer, con su diagnóstico certero, con su gran sabiduría. Los profesores también tenemos algo de misteriosos, de contenedores de sabiduría, pero no tanto como los médicos que son sabios, que son esperanza, que son el misterio de la salud encarnados. Los profesores que enseñamos las reglas del lenguaje y a hablar bien a sus alumnos no somos nada comparados con los médicos.
Aristóteles fue preceptor de Alejandro Magno.
Un sabio y un imperio.
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