Cuando un presidente del gobierno de EEUU tenía algo de lo que vanagloriarse, paseaba con su coche oficial para que el pueblo americano le aclamase. Como hacían los generales romanos y el emperador cuando habían conquistado un pueblo bárbaro. Los esclavos hechos en esa campaña militar eran paseados junto al general (el sistema económico romano era meramente esclavista, esclavos que se hacían en las guerras). Pero detrás del general cuentan las crónicas que ponían a un esclavo que le susurraba al general, en su aclamación: "recuerda que eres mortal". Por mucho que triunfemos en la vida debemos recordar que somos mortales, ceñirnos a esa condición de que un día no estaremos aquí, por bien que nos haya ido en la vida.
Conozco dos personas que no han de quejarse de la vida que han llevado.
Camino de rosas para ellos, pero son mortales.
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