viernes, 7 de febrero de 2025

 Ahora que pienso, las letrillas satíricas de Quevedo y Góngora y algún que otro soneto de estos autores y de otros más que los imitaron, sí que tienen un humor muy agudo, pero son tan difíciles de leer que aburren bastante al tener que descifrar qué coño quieren decir. Y es que Góngora y Quevedo mostraron una rivalidad literaria a ver quién de los dos lo hacía todo más difícil. Y esto de la dificultad para el lector yo no lo apoyo, a mí no me gusta. Quevedo hacía algunos sonetos guiados por el feísmo como por ejemplo, a la mujer delgadísima, a la mujer con piojos, al hombre calvo, etc. Y, al final, yo creo que son un poco desagradables pues todo va de exagerar rasgos físicos y burlarse de defectos. Hoy en día, Quevedo sería acusado de muchos delitos de odio, así que no tendría futuro.

Quevedo:

de escribir sobre el dios Amor más allá de la muerte a escribir sobre un hombre cojo. Todo lo abarcaba su pluma.

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