El dinero no lo inventó Dios. Lo inventaron los hombres. Se dice que lo inventaron los fenicios para tratar económicamente con las colonias que tenían por todo el Mediterráneo. Poco a poco, el dinero acabó con el trueque. El trueque es más viejo que el dinero. El trueque podría existir hoy en las selvas amazónicas. Pero el trueque es difícil de llevar a cabo. Es más fiable el dinero, mucho más objetivo. El dinero nos proporciona la manutención y ciertos placeres ajenos a la alimentación más básica. El dinero nos proporciona ropa, techo y comida. Me gustaría tomarme un Bellini. Un Bellini es un capricho alimentario que se hace de melocotón y un poco de alcohol. Lo he leído en una novela. "Póngame un Bellini", dice la chica que ha volado a Roma. Y se lo ponen. Y se lo bebe. Y llega el novio y se van a joder al cuarto del hotel.
El dinero es básico en nuestra sociedad.
Por él, trabajamos, nos sacrificamos, deseamos cosas a veces, inútiles.
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