miércoles, 9 de diciembre de 2020

Me acuerdo de las poesías de Fray Luis de León que estudiábamos en el bachillerato. Esas poesías desarrollaban tópicos grecolatinos como el "Ubi sunt" que viene a decir dónde están esos que presumían, que salían en todos los anuncios, que salían en todas las portadas y tenían tanto poder. Ubi sunt en latín quiere decir: ¿dónde están? Luego viene otro tópico llamado "Beatus Ille". Beatus Ille quiere decir "feliz aquel". Es feliz el que sigue una senda de sencillez, que consigue su sustento con sus propias manos, no es envidiado ni envidioso de nadie. Esta senda la seguimos muchos sin darnos cuenta porque no destacamos, porque no somos conocidos por el público, porque vivimos honradamente sin que queramos publicidad ni notoriedad alguna.

De verdad que toda vanidad, en este mundo, perece con el vanidoso. Los poderosos pasan de moda pronto o tarde y no son ya ni leyenda. Y encima, si estando en el poder lo hicieron mal, la gente les cuelga un sambenito de inútiles y tontos de por vida.

Los que hemos hecho un camino tranquilo y sereno por nuestro caminar por los días, no nos llaman la atención esos que brillan ahora porque sabemos que se oscurecerán después.

La navidad es para pensar lo que dice ese villancico tan sabio: la nochebuena se viene, la nochebuena se va y nosotros nos iremos y no volveremos más: moriremos, esa es la verdad para todos. Y si crees y hay algo que te está esperando tras el paso de esta vida, lo hallarás y si no crees y nada te estará esperando, te quedará un recuerdo en la Tierra que durará lo que dure tu memoria entre las gentes. Y así se acaba todo: no volveremos más.

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