sábado, 30 de mayo de 2020

Pedro Salinas es el poeta del amor dentro de la generación del 27. Salinas hablaba de la alegría de vivir "en los pronombres". Voy a comentar este poema:

                                      FE MÍA.


No me fío de la rosa 
de papel, 
¡tantas veces que la hice 
yo con mis manos!
No me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti, que nunca te hice,
de ti, que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo, 
seguro azar.

(de "Seguro azar").


Yo no tengo mucha idea de qué va este poema, pero creo que va del destino, de saberse seguro por la vida.
El poeta no se fía ni de lo hecho por él ni lo que hace la naturaleza.
Se fía de ese seguro azar que a saber qué querrá decir dentro de su cosmogonía poética. Seguro azar dio título a un libro de poemas suyo.
Redondo es la perfección. El seguro azar es algo perfecto, algo de lo que fiarse. Sin embargo, seguro azar es una paradoja pues el azar no se sabe cómo es, es arbitrario, indiscernible y nunca es seguro.


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