lunes, 1 de junio de 2020

Me queda por comentar algún poema o fragmento de Dámaso Alonso. D. Dámaso comentó "Las soledades" de Góngora y tuvo éxito con el libro "Hijos de la ira" que fue exponente de la poesía desarraigada de posguerra.

El poema que voy a comentar trata de un río llamado Charles.

A UN RÍO LE LLAMABAN CARLOS

(Charles River, Cambridge, Massachussets)

Carlos es una tristeza, muy mansa y gris, que fluye
entre edificios nobles, a Minerva sagrados,
y entre hangares que anuncios y consignas coronan.
Y el río fluye y fluye, indiferente.
A veces suburbana, verde, una sonrisilla
de hierba se distiende, pegada a la ribera.
Yo me he sentado allí, sobre la hierba quemada del invierno,
para pensar por qué los ríos
siempre anhelan futuro, como tú lento y gris
Y para preguntarte por qué te llaman Carlos.


Lo primero es la metáfora río-tristeza.
Edificios nobles de la universidad consagrados a la diosa de la ciencia y la sabiduría.
Otra metáfora es hierba-sonrisilla. Como diciendo que es imposible la felicidad en la contemplación del río Charles.
Lo más bonito y original de la poesía es decir que los ríos anhelan futuro ya que van fluyendo hacia otro tiempo. Quizás tenga que ver esto con la idea de Heráclito del tiempo que pasa y todo lo cambia.
La repetición de lento y gris define al río: no tiene prisa y es gris como el cielo encapotado o como algo triste y aburrido.
El poeta le tutea al río: luego, al finalizar el poema, vemos que Dámaso se identifica con el río: él también es lento y gris y lleva una carga existencial como el río.
Lo suburbano: A Dámaso Alonso le atraía lo suburbano y lo urbano de las ciudades. En "Poemillas de la ciudad" lo demuestra.


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