viernes, 26 de junio de 2020

Este texto que voy a formar con palabras lo considero un adelanto o entrenamiento para luego escribir mi novela que va de una enferma mental a la que le pasa de todo.
No me puedo creer que hoy estemos a 26 de junio. Solo faltan 4 días para que se acabe este mes y empiece el otro apretando el calor como solo dispensa la canícula con el sol Sirio alineado con el sol nuestro. Esta alineación hace que las temperaturas se disparaten. Junio nos ha tratado bien a todos los hombres, mujeres y animales que sentimos los estragos del calor pues, en este mes, ha habido muchos días de nublados que han traído algo de frescor al ambiente.
Por eso casi no me creo que se acabe junio pues otros años ha sido como una tortura fina el calor, como si nos frieran en una sartén o nos pusieran en las narices una tea ardiendo.
No sé cuándo me iré al pueblo porque se supone que vamos cuando vayan nuestros padres y mi padre, mandón de todo, no se digna a dar una fecha concreta. Mi hermana ya está allí y espero no forme algún lío metiéndonos a mi hermano y a mí en él.
Pasa el tiempo, pasa el calor. Dos meses de calor. Eso es el verano.

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