sábado, 16 de mayo de 2020

Recuerdo que el jueves pasado Paco y yo discutimos y fue porque yo recordé cuando estando de vacaciones, mi hermana y mi cuñado me hicieron buscar un abogado. Pero lo peor fue cuando vieron el documento mío y dijeron que para eso no hacía falta abogado (lo que yo les dije siempre). Entonces, fueron a su tienda de papelería y fotocopiaron el documento (¿para qué lo querrían?). Solo sé que les encantan los documentos. Es como un fetiche para ellos: los documentos de los demás. Y lo peor viene ahora: me dice mi hermana: "tendrías que pagar la gasolina de venir a Majadahonda". Si mi hermana me vio la cara de deprimido que tenía y se gustó en humillarme de aquella manera, es que mi hermana es una psicópata. Y luego discutí con Paco el hecho de que yo no olvido esas cosas pero es que es como cuando te hacen mucho daño. Es que no olvidas. Perdonar, a lo mejor, pero olvidar no olvidas porque yo no tenía la culpa de nada y después de todo el rollo del abogado, mi hermana todavía tuvo la osadía de decir que tenía razón y dijo que mi padre no la apoyaba. Encima quería que le dieran la razón. Y hacerse pasar por víctima y yo por culpable. Eso es de dementes. 

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