lunes, 19 de marzo de 2018

He leído en mi libro de Psicología que es muy difícil encontrar el equilibrio neuronal de uno mismo. Hay neuronas que actúan ante estímulos como una mujer muy bella y sexy. Hay neuronas que te hacen fumar un cigarro cada diez minutos. Hay otras neuronas que son adictas a otras drogas más fuertes, como el alcohol y la cocaína. Hay neuronas que te hacen odiar al que no piensa como tú.
Pero está la razón. ¿Y dónde está la razón? En la membrana cortical del córtex. Y ahí ya no hay excusas.
Todos pensamos un poco y tenemos un mecanismo de autocontrol o regulación de la conducta que nos dice: no matarás, no robarás, honrarás a tu padre y a tu madre y no desearás a la mujer del prójimo. Hasta ahí, bien todo.
Pero hay otro mecanismo que se llama el sistema límbico que es el que tienen los lagartos. Y ese sistema nos hace odiar a los que follan mientras nosotros no follamos, a los que tienen dinero mientras nosotros no lo tenemos, a los que tienen amigos mientras nosotros no los tenemos y así hasta el infinito.
Pero luego hay otro sistema muy complejo, el cerebro en su conjunto, que tiene unas ramificaciones y unas sinapsis y unos receptores y el cerebelo y el bulbo raquídeo y la duramadre.
Pero eso no es todo porque tenemos piernas y brazos y ojos que ven imágenes y oídos que oyen ruidos y canciones y un sistema gustativo y olfativo que nos indican que somos seres sensoriales.
Y hay más: tenemos un corazón. Que late y late sin tregua de ninguna clase y al que damos unos disgustos de la ostia porque nos enamoramos y no de la o del adecuado.
Y hay más: tenemos picha y ellas, coño, que se juntan en verano y en otoño con una frecuencia inusitada en un mamífero. Pues ya lo dijo Juan Ruiz, que esa locura la queremos hacer a cada rato.
Y hay más: tenemos una sociedad y una política que nos gobierna o nos desgobierna según el caso.
Y tenemos guerras, la de Siria, por ejemplo, donde están luchando los terroristas del ISIS, los turcos, los americanos, los kurdos, los sirios y los rebeldes sirios y los rusos en un maremágnum bestial y la Tierra no descansará hasta que esos que están en guerra firmen la paz.

El hombre es el ser más complejo que creó Dios. Así nos va.

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