jueves, 19 de noviembre de 2020

 Hoy está haciendo un día primaveral. El cambio climático existe, pues. Toda vida es tormento. La dificultad de los tiempos es ley de la naturaleza. Virtud es sufrir al ingrato hasta que sea agradecido. Son máximas de Séneca estas que escribo porque no se me ocurre nada. Séneca llevó una vida oscura en el imperio de Nerón, que era un psicópata. No es pesada la pobreza sino para aquel que la tiene por pesada. No sirven de nada las desgracias a aquel que no aprende de ellas. En las películas, cuando un personaje está contemplando un paisaje o dos personajes se van a abrazar, suena una música de fondo, muy bien instrumentada que hace que nos elevemos espiritualmente los espectadores porque vemos que ese es el summum de la felicidad, el punto más alto de emoción de todo lo narrado en la película. Últimamente, en mi vida, no ocurre nada de todo eso. Los violines no se ponen a sonar por un encuentro feliz en ningún punto de mi película. Por lo general, mi banda sonora vital es un rasgueo débil de algún instrumento pobre que va recorriendo mis pasos sin acompañamiento de la orquesta. Como dice Séneca, toda vida es tormento, toda vida es aburrida y toda vida hay que aguantarla, como si de un mal se tratara. Qué le vamos a hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario