miércoles, 11 de noviembre de 2020

 Hasta en los pueblos más tristes 

encontrarás a los pijos, 

esos que viven de los padres.

Son los antiguos petimetres

que se lavan y relavan

y van muy limpios a los bares.

No estudian, eso les duele la cabeza.

No trabajan, eso no va con ellos

y así, de fiesta en fiesta

van dando nota de lo que valen:

ríen, cantan bailan y sobre todo se emborrachan

con el dinero de papá o de mamá

y se ponen muy serios cuando les llaman vagos.

Qué señoritos he visto yo en los pueblos

que entre cubatas y blanca y cantares

han llenado los bares

de indecencia, de corrupción y de pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario