lunes, 17 de diciembre de 2018

San Juan de la Cruz nació en Fontiveros, provincia de Ávila. Los castellanos somos discretos, no nacemos en Bilbao ni en Barcelona y no solemos presumir de nada porque sabemos que valen más los hechos que la palabrería. Castilla está hecha de montañas resecas, de encinas y de riachuelos cantores. Y de surcos fructíferos. Castilla hizo España, que quede claro, porque siempre estuvo en frontera con el invasor. El primer intento de reconquista vino del norte, claro, pero luego, gente como el Cid y los Alfonsos dieron al mundo cultura y dieron a España lo que le quitaron los árabes. San Juan de la Cruz fue un hombre muy sensato y humilde que anduvo muchos kilómetros por toda España. San Juan de la Cruz dijo aquello de que el que no sabe por dónde va, va por donde no sabe. Y así va a muchos, que no distinguen el camino de la verdad. La linde se acaba y el tonto sigue, dicen en mi pueblo, que también son decidores los de mi pueblo y no les hace falta nacer en Bilbao. En el bar de mi pueblo todos son iguales y al hijo puta se le aparta del trato por un tiempo, para que recapacite. 
Los vecinos de mi pueblo distinguen muy bien la moral, lo que está bien y lo que está mal y no les engaña nadie y debajo del sayo, al rey matan.
No nos van a engañar a los castellanos porque sabemos de qué está hecho el  pan y lo que cuesta y no damos ni un duro a los que dicen que son mejores que nosotros. Que vaya uno de Barcelona o de Bilbao al bar de mi pueblo. Verá que allí es otro más. Beberá, pagará y a lo mejor nadie le habla porque es forastero pero no se le hará mal hasta que él no haga mal.

Si vas por Castilla, sé discreto.

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