miércoles, 19 de diciembre de 2018

Ayer un tipo de unos 34 años me contó que estaba siguiendo una serie de unos tíos que se ponían una careta de muertos y dirigían zombis como armas letales. Pues por mí, esa serie se la podía meter por el culo el que la inventó. Luego, ese mismo tipo me contó que el día anterior, estuvo despierto hasta las ocho de la mañana que se acostó y le habían despertado a las doce los de amazon. O sea, un gilipollas de marca mayor que no hace más que comprarse cositas de pitiminí, no tiene más que una cultura de actualidad tonta y de relumbrón y seguro que no sabe quién fue Sócrates. O sea, un zombi él mismo, un idiota muy actual. Por otro lado, hoy he estado a salud mental de Majadahonda. Mientras me tocaba, me he dado un paseo por los pasillos. Solo había psiquiatras hembras. Solo había un psiquiatra macho. Y luego dicen que no están presentes en la sociedad. Dice mi hermano que cuando estuvo de maestro, no vio más que maestras por todos los lados. En el ambulatorio no ves más que coños de médicas (es una metáfora). En mi facultad, la de Filología, no había más que tías, eso sí, más estrechas que el culo una gata. Hay juezas, hay diputadas, hay cirujanas, hay conductoras de autobús. Donde no veo mujeres es en la ferralla, y eso que se gana mucho dinero o albañilas, que también se gana o con un pico y una pala. De esas hay pocas. ¿Por qué será?

Mucho Metoo y muchas gaitas y luego, no dan la talla.

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