miércoles, 31 de octubre de 2018

Esto de la política es ahora sí, luego no. O ahora digo esto, pero hago esto otro. También es cuestión de fichajes. Hay cada elemento en el gobierno capaz de cualquier locura y hay ayudantes del gobierno que, para salir en la foto, también hacen sus travesuras. El caso es que el congreso español está muy dividido y eso confunde al elector, que no sabe ya a quién votar. A mí me parece muy divertido observar a aquellos que votan siempre a los mismos: se tragan muchas ruedas de molino y van y las repiten ante el auditorio, quedando como los bobos que votan a ese partido.
En Italia, Salvini se ha atrevido a discutir los mandatos de la UE hasta ir en contra de la misma UE. Pero la UE es más grande que Italia e Italia tiene que recular. Aquí en España, hay la idea del reparto social, del gasto a todo trance y así va a salir. Pero esto ya lo hizo el irrepetible Zp, no viendo cómo venía la economía, esa que se aprende en dos tardes y a Sánchez le servirá de tumba ese gasto desbocado que pregonan. Ojalá no se pongan a hacer otra vez polideportivos donde no hacen falta y gilipolleces de esas (o sea, el gasto por el gasto) porque ya sabemos dónde va a parar eso. Aquí, en España, lo que se debería hacer es favorecer a la pequeña y mediana empresa para que haya empleo y subir los sueldos pero no los subsidios a gente que no se lo merece. La legión de vagos chupópteros que crea el PSOE desde los tiempos egregios de González ya nos los sabemos, aunque tampoco me gustan las burbujas de Aznar en que el ladrillo daba sueldos locos y falsos a una construcción que luego, se vino abajo. Yo recomendaría moderación y reparto pero dentro de un mercado de trabajo justo y que se dejaran de subvenciones de esas que ya engordan al que ya tiene, como ha pasado en Andalucía.

Socialismo: yo doy al que me vote y sigo y sigo.

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