domingo, 2 de noviembre de 2014

He leído a Dale Carnegie, que debió ser una especie de psicólogo en los años cincuenta en Norteamérica y dice cosas muy sensatas sobre el género humano. Dice que quien tiene un instinto generoso con los demás, hará amigos y tendrá la llave del triunfo. El que solo se preocupa de sí mismo, hará solo todo el camino.
Mi hermano Paco es un ser egoísta; por lo tanto, yo tengo que ser generoso; si no, la cosa funcionaría fatal. Mi hermano Paco solo se preocupa de su salud, de estar bien y de que los demás le resuelvan la papeleta mientras él no ayuda en nada. Siempre tiene la excusa perfecta, siempre tiene una dolencia que le impide todo; además, siempre se está quejando, que es lo que más me jode. Encima de que no hace nada, se queja. Bueno, él caminará solo y no valdrá para nada útil en esta vida más que para preocuparse de su propio bienestar pero no siempre tendrá al lado una persona generosa.
Bueno, el caso es que cuando empiece a trabajar estará más activo y hará más cosas, supongo y será más generoso con los demás.

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