martes, 5 de diciembre de 2023

 El toro pasó muy cerca. La vida también pasó muy cerca. Pude eludir a ambos subiéndome al altar de los inocentes. Tú moriste ayer. Las campanas sonaron en tu entierro. Hoy es otra vez como si no hubieras muerto. El día sucede a la noche insomne. El día surge como de un seto, de un recodo que hace el río, de unas sombras de un gran árbol. Y hay que vivirlo. No queda otra. El sol no vaticina lugares amables en los que vivir sino oscuridades tercas que vienen de antaño. La voluntad de los siniestros hay que eludirla, como hay que evitar al toro y a la vida mala. Los corazones que laten al son de las monedas no son corazones de fiar; son corazones para evitar, como el toro, como la vida. El mundo os hizo así. Nadie tiene la culpa. Tú moriste ayer.

Y un árbol gigante, de frutos purísimos 

acude con su sombra al que anda cansado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario