Por la calle abajo está la casa donde vive Domingo. Domingo, haciendo honor a su nombre, siempre está festivo y de buen humor. Le saluda mucha gente y siempre está dispuesto a charlar un rato con sus vecinos. Al otro lado del pueblo, vive Saturnino, que, haciendo honor a su nombre, está huraño y enfadado siempre. Los vecinos le saludan también pero Saturnino tiene un carácter difícil y huraño, así que no le da por charlar con la gente. Saturnino siempre habla de la dificultad de la vida y lo mal que lo pasa la gente y estas desgracias y miserias contadas no las quiere oír nadie. En Argentina, lejos de la península ibérica, también hay un pueblo con un Domingo y un Saturnino que dan a la mañana su sabor dulzón o su sabor amargo. El mundo se parece mucho a un museo de gente de una clase u otra.

Cada cual cree que su cruz es la más pesada.

Todo el mundo pasa por desgracias y penas y las considera las más duras pero siempre lo hay peor. Vaya si lo hay peor. Solo vale oír las noticias del telediario.