martes, 7 de diciembre de 2021

Quizás mi sobrino Carlos, su pareja María y su hijito Ángel todavía estén en Barcelona. A mí me hubiera gustado ir a algún lado este puente, pero no he ido. El viernes pienso ir a ver a mi primo Perico a Segovia la tranquila. Tiene Segovia un cielo azul muy puro, muy puro que se te mete hasta el alma. Ayer le montó pelotera mi hermana a mi padre. Luego, hizo una tortilla de patatas para que cenáramos mis padres, mi hermano y yo. Váyase lo uno por lo otro. La vida es muy caprichosa. Yo , por ejemplo, ayer sufrí insomnio y no me dormí hasta las dos y media o las tres de la madrugada. Sufrí un poco.

La vida es como un carricoche: en ella vamos medio a disgusto a veces y otras veces llenos de alegría disfrutando del paisaje. La vida es una cuerda de la que se tira y cada vez que se tira, pasa el tiempo y nos hacemos viejos y luego, ya la cuerda llega al extremo y la nochebuena se viene, la noche buena se va y nosotros nos iremos y no volveremos más. Hay un dicho que dice: 

-Si tú supieras navegar, ¿te harías a la mar? 

-No, porque la mar es muy peligrosa 

-Pues lo mismo que no sepas navegar.

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