miércoles, 1 de abril de 2020

Ya llevamos 18 días desde que se proclamó el inmundo estado de alerta el sábado día 14 de marzo. El domingo ya nos preparamos mentalmente para pasar los días en casa metidos como monjas de clausura. No sé si el estar en casa fomenta el ingenio o las ganas de abstraerse de este mundo o simplemente lo que hace es instigar el deseo de salir a la calle y dar un paseo. Vengo de tirar la basura, licencia que me permite andar un poco y la verdad es que se agradece. Otra actividad que libera de estar en casa es la compra del pan o de víveres.
Hoy me he leído todos los periódicos digitales que conozco. No lo vuelvo a hacer. Esta actividad te sume en un caos mental muy grande. Creo que hoy tengo el ánimo revuelto por ese ejercicio mañanero tan nefasto. Las putas noticias.
Y es que ya no se sabe de qué hablar. La crisis lo copa todo, la gestión del gobierno, también. Hay locutores de radio que ya no saben bien qué decir.
Yo lo que deseo es que pasen pronto estos días aciagos y que también pronto pueda pasear por la ciudad.
No deseo más que la pronta recuperación de aquellos que habitan los hospitales y que mengüe el número de muertos.
Solo deseo libertad y no estar atado a la arbitrariedad de un enemigo que no vemos pero que mata.


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