lunes, 27 de abril de 2020

Si tu madre no te da de comer, empiezas a odiar a los ricos que comen todos los días. Eso es instintivo. Eso no hay quién lo ponga en duda. La revolución quiere que no haya estas situaciones y por eso conminan a la gente  a le revolución por la igualdad. Pero las revoluciones que conocemos crean una burocracia que come mientras el pueblo no come. La misma situación de antes de la revolución.
No apelemos, pues, a la revolución, pues hemos visto lo que trae.
Tampoco hay que apelar a un humanismo que no existe entre los seres humanos. La solidaridad esa de la que tanto se habla vale para una semana.
Más bien, el estado ha de encargarse de la gente que no come pero con un censo bien hecho y una práctica que haga que el que no come pueda comer valiéndose de un trabajo.
El otro día oí decir a una señora con tres hijos que hacía un mes que "no compro".
El estado debe velar por estas personas y conseguirles trabajo.

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