jueves, 29 de noviembre de 2018

He soñado que me hacía rico. Que tenía 4.000.000 de euros. Primero, me compraba unos pantalones vaqueros muy caros, iba en taxi a comprármelos. Luego, soñaba que iba en taxi a un hotel a desayunar zumo de naranja y sándwich de salmón y un café muy rico con pan y aceite. Luego iba al banco a donar dinero a la asociación de enfermos mentales. También iba en taxi. Luego iba en taxi a otro hotel, un hotel muy lujoso, el Windsor, por ejemplo, y comía una perdiz con una sopa de primero muy, muy rica, hecha de cosas muy delicadas. La perdiz estaba estupenda, era de caza. Luego cojo otro taxi y me voy a Toledo y luego, en Madrid, cojo un avión y me voy a Sevilla, a ver la plaza de España. En el sueño, estaba solo, solo tenía mi dinero y mis caprichos que iba satisfaciendo a la primera. Luego, me ponía a escribir y ahí era cuando yo era feliz. Y me he despertado. Y ya no he podido dormir. Y he escrito esto. Y he leído la biografía de Hanna Arendt, que, a los 14 años ya había leído la Crítica de la Razón Pura, de Kant. Lo raro es que lo entendiera. Esta mujer se fue a Nueva York porque era judía y allí estudió el autoritarismo y fue novia de Heidegger y amiga de Jaspers y de Camus. Yo no he leído mucha filosofía. Me gustaría leer "Confesiones" de San Agustín, a ver qué pone. Me gustaría leer a los filósofos pues parece que llevan mucha razón en lo que dicen. Por lo menos se dice que piensan mucho.

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