lunes, 2 de febrero de 2015

Me estoy leyendo unos sonetos de Quevedo y en lo que atañe a la mujer y al enamoramiento, este autor dice en un verso: "no me he fijado solo en unas cuantas perfecciones tuyas". El alcance de enamorarse va más allá del físico, como lo llaman ahora. Quitando que mi novia es muy guapa, mi novia también es una bondad, es una mujer hecha de harina, levadura y sal. Es tan buena persona que no sabe enfadarse y que sabe perdonar.
Los amores de hoy en día están basados en gran manera en la apariencia del exterior, en la fachada y así va la cosa, de mal en peor. Cuantos divorcios hay por casarse pronto y mal con una persona que es enteramente una desconocida con el culo muy bonito. Qué desastre. Hay que buscar el fondo de las personas, no quedarse en la moda de lo fácil, en prendas que no valen nada. Hay chicas hoy en día que todo lo miden en guapo y feo, así como los hombres, y así los va. Si quieres triunfar con una mujer, lo de dentro has de ver.

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