miércoles, 8 de marzo de 2023

Primero, voy a copiar unos versos de Carlos Barral y los comentaré. Carlos Barral era medio marinero, fue diputado y dio un giro a la editorial de sus padres dando lugar al boom hispanoamericano. Pasaba mucho tiempo en la costa. Escribió 30 años de memorias y algún libro de memorias ganó el premio Tusquets. Escribió un ingente número de cartas a escritores de su época.

Tengo que hacer una apreciación. En este poema, estancias no quiere decir habitación o compartimento de una casa, sino que se refiere a una forma estrófica renacentista que contiene versos de 7 y 11 sílabas.

ESTANCIAS SOBRE LA CONVENIENCIA DE PINTAR LAS VIGAS DE AZUL.

Sería como un cielo estriado,

tirante, que barren las capas más altas del viento,

una sombra más fría

cruzando en tus ojos redondos

la sombra agresiva de las siestas de agosto.

Igual que las raíces de un agua inacabada

que persiste en los cuerpos bajo la piel ardiente

y otra vez nos acerca y humedece el silencio.

Como un celaje de alta mar a franjas

que haría nuestro amor aventurado

y quizás casi adúltero, que haría 

más oscura la curva de tu vientre

en los nervios del alba, 

                         cuando acude

ese otro azul más denso y no se sabe

si comienza o termina la jornada.


Yo creo que el poeta habla de sexo en lo oscuro de una habitación. El poema es muy largo. Habla de ojos, de piel y vientre. Intuyo que son alusiones a la mujer con la que tiene sexo. Después, a lo largo del poema, habla mucho del mar. A mí me gusta un verso que habla de algo equilibrado y bonito: "según gobierna el sol el aire limpio". El poeta habla de unos paisajes de costa, de la madera de los barcos, del cielo y el mar como una constante. Barral fue muy marinero,  le gustaba mucho el mar y de ella hace materia poética. En esta primera estrofa de estancias habla de amor y, a lo largo del poema poetiza el mar y el cielo.

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