lunes, 13 de marzo de 2023

 El poeta José Ángel Valente nació en Orense en 1929 y murió en Bruselas en el 2000. Su poesía es esencialista, se basa en el misticismo de Miguel de Molinos y otros místicos. También en el sufismo y otras tendencias místicas. Eso no implica que Valente tuviera una creencia en alguna divinidad. En tiempos de Franco, fue llevado a un consejo de guerra por una obra que escribió.

Voy a copiar un poema suyo y a comentarlo:

                CRIPTOMEMORIAS.

Deberíamos tal vez

reescribir despacio nuestras vidas,

hacer en ellas cambios de latitud y fechas,

borrar de nuestros rostros en el álbum materno

toda noticia de nosotros mismos.


Deberíamos dejar falsos testigos,

perfiles maquillados,

huellas rotas,

irredentas partidas bautismales.


O por toda memoria,

una ventana abierta,

un bastidor vacío, un fondo

irremediablemente blanco para el juego infinito

del proyector de sombras. 

                                      Nada.

De ser posible, nada.


Me he dado cuenta (porque he leído varios poemas de José Ángel Valente) de que este hombre es muy pesimista y casi todo lo que mete en sus poemas es triste, es feo o es penoso. Habla de la envidia, de los muertos, de la doctrina equivocada, etc. En este poema nos damos cuenta de que el poeta está a disgusto con la vida que le ha tocado vivir y quiere reescribirla. Nos lo dice quizás sobre la memoria que quedará de nosotros y acaba diciendo que de esa memoria no quede nada. Me gusta el verso, por lo tétrico, "toda noticia de nosotros mismos". O sea, que Valente reniega de sí mismo y de los demás, pues nuestro pasado debería borrarse de la faz de la Tierra. ¿Será porque Valente vivió en la posguerra del dictador Franco?





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