martes, 26 de noviembre de 2024

 Yo tomo algunas pastillas para mi enfermedad. Son muy potentes, afectan al sistema nervioso y al cerebro. Tienen miles de efectos secundarios. Mi enfermedad está descrita como grave y crónica. No es ninguna broma padecer esta enfermedad. Uno va pasando el día y se va tomando estas pastillitas para estar bien, pero no es ninguna broma esta medicación. La gente debería tener más consciencia de esta enfermedad pero solo es empático con ella cuando le afecta. Y aún cuando le afecta, no le da mucha importancia algunas veces, ya que a los enfermos se les aparta un poco, no se les tiene ningún amor. Por ejemplo: a mi hermano le dieron el alta y nadie vino a verle a casa. Era un enfermo. A los enfermos, se les visita. No se llama por teléfono y se dice: qué tal. A los enfermos, ya digo, se les hace un poco de compañía, se les visita. Ya llega la navidad. Cómprate una zambomba. Canta villancicos y ve a por caramelos a la cabalgata. Pero sé feliz un tiempo, a pesar de los pesares.

Mi cerebro va mal. Tiene sustancias que se derraman por él de modo insólito.

Y es algo que no tiene solución definitiva.

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