Fumo un cigarrillo a ver si me viene a mi espíritu el espíritu del blog. Todo tiene su espíritu, hasta las cosas más decadentes. Hubo un tiempo en que pensé que mi familia decaía, se descomponía, le faltaba espíritu. Pero después de pasar un tiempo, vi mi familia como tantas otras, con su espíritu. Los miembros de mi familia se han ido distanciando, se han olvidado del núcleo del hogar. Pero esta posición es una falacia, todos deseamos vernos y saludarnos aunque, eso sí, ocurra de casualidad. Porque nadie llama y tomamos un café, porque nadie quiere arrepentirse de lo mal que lo hizo. En fin. Todo espíritu anda algunas veces a la buena de Dios, sin centrarse en lo esencial, sin saber que un espíritu está hecho de muchos espíritus juntos que quieren darse la mano después de tantos años juntos.
Amaneceres imprevistos nos apartan de nuestro camino juntos.
Unos creen que a la tarde surgirá la esperanza, a la tarde junto a las acacias deshojadas.
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