Así como trata la administración a sus ciudadanos, así se puede juzgar a un país. Y me parece que todos hemos tenido encontronazos con la administración. Los ayuntamientos, la administración sanitaria, la administración de la seguridad social y otras administraciones en España son penosas. Llegamos a emular la novela de Kafka, "El proceso" donde nadie sabe nada de su persona ni de sus derechos como ciudadano. Pero bueno, cuando conseguimos nuestro propósito después de pasar por varias ventanillas, nos damos con un canto en los dientes. Se están limando las uñas algunas funcionarias mientras un mantenido del ayuntamiento te dice que no puedes pasar. Vas a un centro de salud y te dicen que no saben nada de ese médico o te engañan abiertamente, como si fueras gilipollas. Y vas a jubilarte y necesitas un abogado recomendado por tu puta hermana y por tu puto cuñado. Y así, tienes que llamar a abogados por teléfono y cuando ven que no necesitas abogado, fotocopian tu demanda de pensión porque les encantan los documentos ajenos. Menudos pájaros mi hermana y mi cuñado. Qué ladrones y qué asquerosos.
Mi hermana y mi cuñado son de lo que no hay.
Mejor, muy lejos de ellos.
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