Es por la tarde. Aún la oscuridad no ha llegado para cercenar nuestros ojos, para confundir nuestro hálito vital. El cambio de hora nos mata un poco, nos secuestra en el rincón del ring y nos llena de oscuridad. Nosotros, los boxeadores de la luz, estamos noqueados por tanta noche súbita, por tanto golpe dado a los ojos que se nos llena de un cardenal que nos tumba en la lona. No podemos ver a las 6 de la tarde. ¿Quién fue el listo del cambio de hora? Los boxeadores nos manifestaremos en Ferraz o en Génova o en Bruselas para pedir nuestra ración de iluminación sin la que vivimos mal. La corrupción la practican todos y luego quieren que los votemos. Yo no votaré ya nunca más a esos ladrones hijos de puta. Para mí la política ya es un gallinero lleno de mierda donde las gallinas copulan con míseros gallos, los huevos se pudren nada más expulsados por la cloaca de las gallinas y la zorra, encima, está al acecho para comerse las gallinas indefensas. Porca miseria la política. Es navidad. Come dulce mazapán, come peladillas y turrón. Date un paseo con los niños y la mujer sin discutir y bien abrigados. Pásalo bien.
El día de ayer ya nadie lo volverá a ver sobre la tierra.
Apuremos los días que desaparecerán para siempre.
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