jueves, 7 de noviembre de 2024

Están en la olla unos judiones que no se terminan de cocer. Maldita olla rapid exprés. Voy a hablar de la cultura woke. Es la cultura de los 700 sexos, de los todes y de los niñes, que yo, por lo menos, no sé lo que son. No sé si habré visto a un tode o a un niñe en mi vida. Espero verlos para que me confirmen que la cultura woke no es sino un camelo gramatical. ¿Los niñes juegan aparte o juegan al fútbol con los otros niños? ¿Qué es mejor, ser niño o niñe? ¿Quiénes son todes? ¿Unos que no quieren saber de todos nosotros o unos que han surgido de un sexo victimizado? La cosa es que la cultura woke parece eso, de unos que son víctimas de todo y sin derechos de nada. Pues vaya plan. Yo creo que la cultura woke es un camelo para sacar dinero para unos desvergonzados bolsillos de una izquierda ultra. Eso es lo que creo. Y la cultura woke no hace más que enmascarar un negocio boyante. Y que la cultura woke no hace más que embarrar la sociedad con dislates y camelos. Yo no deseo la cultura woke. Yo no deseo a los niñes ni a esos todes que no sé quiénes son.

Una clase de sexo para niños de 8 años:

Quien apoye esto debería mirarse por dentro.



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