Acuérdate de lo que escribí para ti. Acuérdate de estas palabras que siendo navidad o agosto, yo escribí para tus ojos amigos. No seas desagradecido. Ponte en mi lugar: qué necesidad tengo yo de relatar miserias para que tú las leas. Soy herido por la luz como un látigo por las mañanas, me acuerdo de ti, me acuerdo de tus desplantes, me acuerdo de sigue tu camino, me acuerdo de que llorabas porque no se hacía tu voluntad. Pero ni yo ni mi hermano queremos esa ausencia de nombres, esa lejanía pobre, ese dolor de estar aquí y no estar en ningún lado. Las nubes pasan y a ti te pasará como a mí un día, no creas que muy lejano pues el tiempo pasa rápido. Y entonces tú serás el olvidado, muy a tu pesar. Llega la navidad: sé feliz, no te quejes.
La mentira y el odio levantan muros de incomprensión
Pero siempre hubo quién empezó con las mentiras.
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