viernes, 15 de noviembre de 2024

 Los hay que se encaraman a una posición de poder de la que ya no saben cómo salir ni quieren, que es lo malo. Los hay que siempre han obedecido y ya no saben hacer otra cosa. Pero ay de los que obedecen y ya se cansan de ello. La furia que desatan es grande. La oscura concavidad del día no queremos verla por la noche, la queremos sujeta quizás a una farola apagada o atada al rabo de un perrito de esos pequeños que dan muchos gritos. La muerte visita todos los días todos los corazones para dejarlos temblando de miedo. No se cree ya en Dios como se cree en el dinero o en la fachada de un piso. Disfruto del ahora porque el futuro será más difícil de disfrutar. Nadie quiere ya un café con leche, ni ver el atardecer ni la salida en tromba de un fábrica de finales del XIX. La vida no es que esté en otra parte, es que ya lleva mucho tiempo en otra parte. Qué angustioso vivir en los pronombres, qué solitario dolor vivir en uno solo.

Esta palabra inicial de todas las mañanas, este ir y venir a las afueras, este dolor solitario

se asemeja a un pez fuera del agua, a una vaca enorme, a un sinfín de películas malas.

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