lunes, 11 de noviembre de 2024

 Este fin de semana, he hablado con una camarera de religión. No sé cómo surgió el tema, pero hablamos mientras me tomaba un café. Hablamos de rezar, de si esta vida es un paso para la eterna, de si ir a misa. Ella dijo  que es ortodoxa pero que le valía también la religión católica. La vida te ofrece motivos para charlar. Y si es de un tema principal, como es la religión, mejor. Es de tontos estar hablando y pensando siempre en una herencia, en lo que se gana en tu oficio, del puto dinero siempre. El dinero vale para mejorar el status de la persona, no para comprarte caprichitos tontos; como dice un refrán: la gente se gasta el dinero en lo innecesario y luego le falta lo necesario. Así les pasa luego, que para lo importante, no tienen dinero y para visitar almacenes de ropa les falta tiempo. Hay gente que no aprenden a ahorrar para cuando sea viejo, pero de viejo aprenden el no haber ahorrado.

Cuando yo era joven oía conversaciones de mis padres.

Y aprendí mucho de ellas.

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